domingo, 10 de agosto de 2008

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Agosto 7, 2008

Las ultimas dos semanas fueron de estrés cierto y continuado; estaba empezando a asustarme porque ese era el tiempo para el cual tenia reservas de bloqueador de la testosterona (Androcur) , el que potencia los efectos de los estrógenos, aunque me quedaban estrógenos para algo mas de un mes. Mi amiga Gloria me había prometido 90 pastillas de Androcur pero no lográbamos conectarnos de ninguna manera, pasaban los días y…nada. Llame al endocrino y había una grabación que decía que estaban de vacaciones hasta el día 5 de agosto; no hay que decir que a primera hora del 5 llame y la recepcionista me dijo que me iba a poner en la lista de fallos (esto suena a terminal de ómnibus o de trenes) y me confirmo una consulta para el 18 de noviembre, insistí e insistí, le dije que me quedaba Androcur hasta el día 10 y que iba a tener que comprarlo en Internet, ella me aconsejo que, con el mismo espíritu de desesperación llamara a la oficina de mi medico de familia. Así lo hice, tal vez con algo mas de desespero, la recepcionista me dijo que hasta el 17 no había turnos, le dije que era una emergencia, yo no sabia que esta era la palabra mágica y entonces me dijo que mi medico me vería a las 8:30am de la mañana siguiente en otra clínica en el centro de la ciudad, la que, por suerte, esta mucho mas cerca... Me levante temprano, me maquille, me vesti y allá me fui, aun no me recupero de la sorpresa, la recepcionista tomo mi tarjeta de salud maquinalmente, la escaneo sin pestañear y me la devolvió con una sonrisa. Me senté a esperar y un minuto después apareció una enfermera ‘Lucia?’ ‘Yes’, la seguí y me llevo a una habitación donde me tomo la presión y el pulso, me pregunto para que necesitaba al medico y le dije, le enseñe el frasco con las pastillas que me quedaban, y tampoco se inmuto, desapareció después de preguntarme si yo tenia algo en contra de que el medico me consultara con un interno, le dije que no y desapareció con una sonrisa.

El medico apareció un minuto mas tarde, también con una sonrisa, que yo interprete como alentadora, se veía bien relajado, muy lejos de la severidad y la distancia de la primera vez que le pedí que me recetara las hormonas. Le enseñe el frasco de las pastillas y lo observo con interés, yo había tachado el nombre de Gloria con marcador permanente, me pregunto y le dije que eran las ‘sobras’ de una amiga. El me dijo que me había referido al endocrino pero que no habían tenido respuesta, yo le dije que la mañana anterior había hecho una cita para el 18 de noviembre, el me dijo con una sonrisa ‘You don’t waste time, do you? (Tu no pierdes tiempo, verdad?) Sin mas rodeos me hizo entonces una receta para 4 meses tanto de estrógenos como de Androcur y una orden para análisis de sangre mensuales, me dijo que en mi análisis anterior todo estaba bien y que esas pastillas me durarían hasta que viera al endocrino, me dijo que no me iba a insistir sobre la importancia del análisis de sangre porque nadie mejor que yo lo sabia.

Salí de la clínica rebosante de felicidad; había dado un paso de avance colosal en mi plan de vida futura, le di gracias a Dios y me fui a comprar pan, a la tienda de excedentes y a una zapatería del centro, de allí me fui a la farmacia. Me atendió un joven hindú sikh, de esos que usan turbante y se dejan la barba, en este país los hindúes parecen tener el monopolio de las farmacias. Le entregue la receta y reviso en la computadora, me dijo que tenían los estrógenos pero el Androcur tendría que ordenarlo para el día siguiente, le dije que estaba bien, me pregunto si estaba registrada en esa farmacia, le dije que si, la receta decía A.(Lucy) y mis dos apellidos, ‘hmm, no te encuentro, cual es tu teléfono’ le dije, lo encontró enseguida y se mostró algo extrañado, me dijo mirando la receta: ‘El nombre que tengo aquí es (Aqui empezo a pronunciar mi 'otro' nombre) ahhhhh!’ Me miro con incredulidad pero enseguida se recupero, me hizo un gesto con la mano, como si intentara borrar con ella lo que acababa de decir, me sonrió y me pregunto si estaba aun con la misma compañía de seguros, le dije que si y me dijo que todo estaba cubierto al 100%. Me llamo por la noche para confirmar que mi orden estaba lista.

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Esta mañana me levante temprano, me bañe, me maquille y me vesti, me fui directo a la farmacia, esta vez habían dos muchachas, una canadiense y una con un acento del este de Europa que me pareció rumano; la canadiense me pregunto el apellido, hallo los medicamentos enseguida y me dijo que la farmacéutica me explicaría algunas cosas. La farmacéutica estaba al teléfono, hablando a voz en cuello, como queriéndose dar importancia, en una actitud que no me cautivo precisamente, luego vino a donde yo estaba y, luego de mirar lo que era con algo de visible disgusto me pregunto si había tomado esos medicamentos antes, le dije que si y me pregunto cuanto tiempo, le dije que algo mas de un mes, me pregunto si había experimentado algún efecto indeseable y le dije que no con la mejor de mis sonrisas, parece que la sonrisa la irrito un poco mas; la muchacha canadiense se aproximo para decirle que el hindú había impreso información extra sobre los medicamentos y saco unas hojas presilladas de una gaveta, ahí fue cuando la ‘senora’ le dijo que ‘El’ (El era yo) parecía saber todo lo que necesitaba saber, la corregí ‘Ella’ y levanto la vista con cara de asesina, añadí, volviéndome a la otra muchacha que tomaría las hojas, ella me las extendió con una sonrisa, le di las gracias y di media vuelta sin volver a mirar a la ‘senora’. Me quede en la zona de la farmacia mirando los estantes unos cinco minutos mas, solo para j…r.

De allí me fui a Wal-Mart, una zapatería que se llama ‘Zapatos por menos’ en la que tienen números grandes de mujer y luego recorrí TODAS las boutiques de la zona. Pase por la tienda de comestibles y a casa, aun con la sorpresa de no llamar la atención aunque en todos los sitios adonde voy me dirijo hacia donde mas gente hay con toda intención, aun no he tenido absolutamente ningún tropiezo…

Mañana a la clínica del láser.

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Agosto 8, 2008

Pues hoy estoy MUY FELIZ, hoy fui a la clínica del láser y recibí el mejor tratamiento de todos hasta la fecha, la enfermera no estaba y fue la doctora quien lo hizo, fue tan cuidadosa, tan precisa y meticulosa, tuvo tanto cuidado de lograr resultados inmediatos que me di cuenta que es una perfeccionista, y los perfeccionistas, cuando no son pedantes, me fascinan, como ella es la dueña del negocio y hoy yo iba a pagar 3 tratamientos por adelantado, pues así ellos te dan el 3ro al 50% del costo original aproveche y decidí que entre fotutazo y fotutazo valdría la pena tratar de renegociar el costo, se imaginaran la ‘muela’ (discurso) que le di, ella me escucho y me hizo una única oferta que acepte inmediatamente porque sabia que JAMAS, en ninguna otra parte me iba a salir tan barato, los próximos 3 me salen a 139.00 por tratamiento cuando la media es 250/300 dólares por tratamiento. Lo mejor de esta película es que luego de esos 3, los tratamientos restantes SEAN LOS QUE SEAN, serán a la mitad de ese precio. Si yo hubiera sabido antes de esta clínica….imaginare, gaste casi 1000.00 en otras clínicas donde o me robaron el dinero o me quemaron la cara con el láser, nada, experiencia.

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