jueves, 18 de diciembre de 2014

Un encuentro cercano con Mariela Castro


Mariela Castro Espin, directora del CENESEX

Como parte de mi transición era imperativo lograr una Certificación de Nacimiento cubana actualizada con mi nuevo nombre y genero para hacerme del pasaporte cubano correspondiente pues mi sueño era poner fin a tantos cambios y estreses en un encuentro con mi familia en Cuba, algo que finalmente nunca iba a ser posible por razones diferentes a las que yo esperaba; entonces no podía prever el futuro y dirigí mis esfuerzos a lograrlo con la consagración que suelo emprender todo lo que me propongo.
Me dirigí al Consulado de Cuba en Toronto, que era entonces el mas cercano a donde vivia, donde, claro está, nadie sabía que responderme, me dijeron que hablara con una persona en el Consulado de Cuba en Montreal, donde tampoco sabían nada; me dirigí entonces al Centro Nacional de Educación Sexual donde me indicaron que contactara a la jurídica a través del correo electrónico; empezó así un intercambio de meses en el que parecía que yo escribía en alguna lengua muerta y que la jurídica de marras hacia lo que podía por responderme a partir de lo que ella fingía entender, luego de largos meses en este jueguito macabro me respondió un nuevo jurídico, un tal Manuel Vásquez Seijido, quien, claro está, no sabía quién era yo ni que quería ni de que se trataba mi correspondencia. Respire profundo y le explique con todo lujo de detalles infinitesimales todo lo que había hecho y lo que estaba buscando. Se repitió la saga de la incomprensión fingida que solo fue interrumpida cuando los compañeros del aparato le pidieron cuentas de tal intercambio pues yo puse parte del intercambio en mi blog, el hombre entro en pánico y me pidió cuentas, le envié la dirección electrónica de mi blog y a partir de ahí parecía que no me escribía a mi sino a los “compañeros”, teniendo el cuidado de enviar copia al carbón de todos y cada uno de sus correos a Mariela Castro.
Me di cuenta de que estaba perdiendo el tiempo y empecé a escribirle directamente a ella, que no se digno a responder ninguno de mis correos.
Contacte entonces a la cueva de ladrones conocida como Consultoría Jurídica Internacional; me respondieron enseguida con un muy formal: “Nuestra institución tiene experiencia con los cambios de sexo” (sic) como si se tratara de una clínica especializada y a partir de ahí me trazaron la hoja de ruta y de gastos para lograr una actualización en regla de mi Certificación de Nacimiento.
Para empezar tenía que dirigirme al consulado para hacer un poder que costaba 900 dolares para que mi abogada me pudiera representar en Cuba a lo que siguió toda una batalla burocrática kafkiana que me costo miles de dólares; cada documento tenía que ser traducido por cierta organización y luego tenia que legalizarlos con un notario público canadiense, entonces tenía que llevarlos al consulado para una segunda “legalización” pagada, por supuesto, y separada también, del documento original y de la traducción, “legalización” esta que aun no era suficiente pues luego había que volver a pagar para “legalizar” cada documento y su traducción por separado con el MINREX en Cuba; hay que decir que todo esto resulto en incontables viajes al consulado que me quedaba a 100 km con la consiguiente pérdida de horas de trabajo. No recuerdo bien por que, uno de los documentos tenia que ser traducido en el Consulado de Cuba en Montreal y yo envie el documento y la traducción hecha por mi, la que pasaron a otro papel y me la cobraron, palabra por palabra. Yo tuve el cuidado de añadir un pedazo de cartulina en el sobre para proteger el documento pero a vuelta de correo regreso todo arrugado y sin cartulina, asi les salia mas barato.
Cuando la consultoría estuvo al fin satisfecha con toda la documentación, entonces hicieron una vista oral, todo un juicio, tan ridículo y mendaz como ficticio en un tribunal del Municipio Playa, en el que los testigos tuvieron que declarar falsedades supinas para que el tribunal se pronunciara a favor de los cambios. Allí hubo que afirmar falsamente que yo, desde la más temprana infancia había exhibido comportamientos afeminados y que desde siempre había tenido una inclinación erótica hacia los hombres, pues según mi abogada era la única manera de convencer al tribunal de la necesidad de los cambios en mis documentos.
Al final la abogada me dio la “gran” noticia de que el tribunal se había pronunciado a favor del cambio de género y, para mi sorpresa, que “ahora vamos a empezar el proceso del cambio de nombre”, imagínense mi indignación, luego de tanto dinero gastado y de tantos sinsabores, le dije a la abogada que pusiera todos los papeles en la basura y que yo iba a notificar a la prensa canadiense sobre todo el asunto, además de ponerlo en mi blog, que tenía miles de seguidores en todo el mundo. Mágicamente todo se “resolvió” de la noche a la mañana luego de una "consulta" con no-se-quien de la FMC. Como los miles de dólares no cubrían siquiera el envío de mi certificación de nacimiento enmendada una amiga la fue a recoger a la consultoría y me la envió con una persona que venia de Cuba.
En el verano del 2014, cuando ya yo vivía en Ottawa, me avisaron que Mariela Castro Espin iba a dar una conferencia en la Embajada de Cuba y que la entrada era libre.
La infanta estaba muy acatarrada e hizo un gran esfuerzo para dictar una muy deslucida conferencia en la que ofreció una panorámica histórica sobre las sexualidades diferentes en el contexto de la conquista de América por España y luego se enfocó más en Cuba, convenientemente omitiendo las UMAP.
El enfoque de la conferencia fue más bien triunfalista y terminó haciendo referencia a los cambios al Código de Familia cuya propuesta ella presentaría a la Asamblea Nacional, cambios, que, como todos sabemos, resultaron en otra cortina de humo y otra falsedad.
Al terminar la conferencia Mariela le dio la palabra al público, yo levante la mano de primera y le pregunte si estaba previsto hacer el proceso de cambio de identidad menos costoso y traumático para quienes vivíamos en el exterior, pues quienes nacimos en Cuba teníamos que hacerlo con un pasaporte cubano, independientemente de cualquier otra nacionalidad adquirida, lo que violaba expresamente la constitución vigente en Cuba que establece que la adopción de otra nacionalidad anula automáticamente la propia. Le mencione el costo astronómicamente injustificado de mis tramites. Para mi sorpresa me dijo con sorpresa paralela que alguien menos avisado hubiese interpretado como genuina que “Ay, mira, en eso no habíamos pensado…” y me extendió su tarjeta pidiéndome que le enviara un correo con la propuesta; se me erizo la nuca, y no pude ni quise aguantarme: “Mariela Castro Espín, eres una mentirosa y una descara’, muchos correos te envié sobre esto, correos que tu convenientemente ignoraste!! Se puso pálida e intento balbucear algo que no le salió. Se formo un barullo y apareció un tipo con una cámara a hacerme una foto, para la que pose con mi mejor sonrisa y un par de segurosos con intenciones ciertas de sacarme de alli por la fuerza; en el sitio estaba la flor y nata de comunidad LGBTQ de Ottawa, que lo impidieron con la amenaza de que allí terminaría todo si me expulsaban. Las cosas parecieron retomar su cauce, Mariela evitaba mirarme y yo puse mi mejor cara de yo-si-fui con una sonrisa sardónica.


Una persona del público (una amiga a quien yo había aleccionado de antemano) le explico que en Canadá el sistema universal de salud había reinstaurado la cobertura de las cirugías de confirmación de genero a partir del 2008 luego de un impasse de una década y que la comunidad transgénero seguía luchando por una cobertura más amplia que incluyera la depilación, los implantes de senos y las cirugías de feminización facial, luego le pregunto cuáles de estos procederes estaban cubiertos en Cuba, ella, sin inmutarse le respondió que “TODOS”.
Aquello ya fue demasiado, estalle con un: “¡Ay Mariela! Si no conociera y estuviera en contacto con tantas personas transexuales en Cuba no podría rebatirla pero para el público presente que baste esta fotografía de la primera diputada transexual a la Asamblea Nacional de Cuba, una foto vale más que mil palabras ¿o no?” Y mostré la foto de Adela, con su apariencia lastimosa.

Adela, la primera transexual diputada en Cuba
Por supuesto que allí termino la “conferencia”, el personal de la embajada me miraba con una mezcla de estupor y de miedo ajeno, conscientes de que ellos no eran libres de expresar nada, el publico me aplaudió, y la infanta desapareció con pena y sin glorias.
Cualquier cubano sabe cuáles son las consecuencias de lo que hice, no me importo, y saboree cada segundo de aquel momento con una rabia y con una satisfacción inefables.
Unos meses después acompañe a una amiga canadiense a la Embajada de Cuba en Ottawa, con la certeza de lo que sucedería, mi amiga me decía que no, que lo que yo le decía no podía suceder, que no…que…entonces llegamos a la puerta donde un seguroso me dijo que “Ud. no es permitido entrar aquí’ (sic), “permitida”, le aclare, a lo que añadí un muy sarcástico: “Se le esta olvidando el español compañero?” que me gano que me fusilaran con la mirada.
Mi familia decidió que ganarse el boleto al paraíso era más importante que nuestra filiación, y hasta ahí llegaron los sueños de reunificación, para ellos lo que hice con mi vida “no es natural” y mi vida será un desastre hasta que me arrepienta ante el altísimo de ser quien soy.
Resulto asi que perdi miles de dolares y a mi familia. NO tengo razon alguna para volver a Cuba a buscar nada.

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4 comentarios:

  1. Que se puede esperar de esta representante de la familia regente en Cuba.
    Todos ellos merecen ser juzgados pir traición a la patria y ser condenados a muerte.
    Nada de perdon, ni olvido1

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  2. El odio con odio no se resuelve.
    ******************
    Que se podia esperar de alguien que nacio crecio y vive bajo la guia y proteccion de la cumbre demagogica que es su propia familia

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  3. Es una descarada Mariela. Ha buscado apoyo político y habla con una desfachatez oprobiosa. Ya vi algunas fotos. Las buscaré todas en los artículos. Gracias Lucía. Es bueno saber los apremios de tantos seres humanos en busca de su identidad.

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  4. O sea la constitucion art 33c deja abierto el asunto de la doble nacionalidad. O sea te la quitan si les da la gana que normalmente no pasa, sino mas bien te quitan la habilitacion. Ella por lo que he visto es cinica, nunca da una respuesta precisa, todo en el aire.

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